sábado, 29 de enero de 2011

Patricia(III)

A veces sueño con su marcha. Sé que en poco tiempo no pensará en mí; ni siquiera le asaltará mi recuerdo cuando lea poesía o escuche en la radio canciones que un día le susurré.
Ella también compartía estos miedos hace ya algún tiempo, cuando le besaba para que dejara de llorar y le abrazaba, compartiendo sus lágrimas en silencio.
Ahora concibe el adiós como algo natural; como el guiño macabro de una vida que nos separa irremediablemente.
Creo que hace algún tiempo tenía grandes expectativas. Soñaba con príncipes y princesas y con una casa grande en la costa, familia numerosa y una fiel mascota.
Nadie golpea más fuerte que la vida y poco a poco sus sueños se desdibujaron. Cuando comprendió que la felicidad no era algo intrínseco del ser humano, decidió que su vida se centraría en buscar la estabilidad; en divertirse y disfrutar de los pequeños detalles. Quizá en ese momento se diera cuenta de que las altas posiciones y el dinero no le proporcionarían esa estabilidad.
Yo lo supe en su día.Traté de bajarle la utopía del firmamento y regarla con canciones y besos. Soy incapaz de darme cuenta de cuándo un proyecto es demasiado para mí ...y ahora ya es tarde.

Patricia está loca; loca de atar. Desquiciada, bipolar, terriblemente atópica, desquiciante...
Es pura dulzura recubierta de ironía y mordacidad. Nunca sabes de dónde viene ni a dónde va.
Ella reconoce, sonriendo, que está loca... pero se excusa diciendo que las mejores personas lo están.
Y yo, admirando la belleza que su locura le confiere, sólo puedo darle la razón...

2 comentarios:

  1. Igual te lo robo... pero me tienes que dar permiso antes.

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  2. Ya sabes que sí... y el texto también... pero has elegido el más triste niña! Luego me dices a mí :)

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