- Esa.
-¿Quién?
- La morena de detrás de la barra. Nos está mirando.
- Bffff...
- ¿Qué? ¡No está tan mal!
- No, ¿pero qué se supone que tengo que hacer?
- Joder, pues liarte con ella. No es tan complicado.
- Sí... ¿porque la tía ha dicho a un amigo del primo de la cuñada de la vieja que un día cuidó a mi gato que le gusto? ¿Entonces como lo hago? Voy a donde ella y le digo... ¿Cómo te llamas?¿Mariví? ¿¿En serio?? ¡¡No conozco a ninguna Mariví!!... Ésto es cosa del destino... ¿Y cómo te apellidas? ¿Fernández? ¡JODER! Fernandez es mi dieciseisavo apellido... ¿¿Y comes caracoles a la pata coja?? ¡Madre del amor hermoso! ¡Vi una película en la que no hacían eso! ¡Cómeme la boca! ¡Bebe de mí como si te murieses de sed!
- Menuda curda llevas.
- ¿Yo? ¿Borracho? Anda, haz que huya antes de que ponga Goma-2 en este puto bar.
¿No estás leyendo el camino de lagrimas?
ResponderEliminarlo empecé pero ahora me han regalado algunos libros que quería leer y lo tengo un poco descolgado. Pero lo retomaré cuando tenga tiempo.
ResponderEliminarAunque sea un rato pequeño cada día de hacer cosas que no nos apetecen tanto, pero que nos convienen, es un esfuerzo leve que conviene exigirse.
ResponderEliminarNo sé qué tipo de libros te gusta leer, pero hay uno que me regalaron por reyes el año pasado, que me pega que te encantaría leer. La autora es Agota Kristof (húngara) y el título es "Claus y Lucas, una mirada al mundo con ojos de niño malo". Creo que no he leído nunca una novela tan perversa, inteligente, conmovedora,ingeniosa, desesperanzada e inquietante no sólo en el desenlace, sino una vez acabada.