domingo, 27 de mayo de 2012
sábado, 26 de mayo de 2012
Tv
No podía soportar su mirada de reproche,
así que le di la espalda
escrutando los colores que la televisión
escupía contra la pared posterior.
A ella mi silencio le parecía ensordecedor
y subía y subía el volumen
de aquel estúpido programa.
A mi me parecía ver nuestro futuro
escondido en aquella penumbra cromática
de violenta soledad.
El segundero parecía hendirse en nuestros sentimientos,
el tic, golpeaba al corazón,
el tac, la esperanza.
Y así tumbado, deseando poder mirarla
sin ver su odio,
grité.
La dejé así, alarmada,
culpándose-o quizá aliviada-.
Aún revivo aquella noche en sueños.
El eco del portazo siempre me despierta.
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