viernes, 31 de diciembre de 2010

Rafa Pons





Quise apostar por ti y me quedé sin suelto.
Le pedí cambio a tu marido y se cagó en mis muertos.
Salieron tres avances y un joker azul
Maldita tragaperras, es igual que tú.
De una mala jugada te deshiciste de él,
poniendo a doble o nada las llaves de un hotel.
Colgaste un "No Molesten" y me eché a reír.
Mientras te desnudabas acerté a decir que..

Si me ves, di que no me conoces.
Esta noche haremos desaparecer
la habitación 512.
Buscaré mi suerte entre tus sábanas;
a ver qué cartas nos reparte la piel.
Yo lo siento, pero tengo alma de crupier.

En el recibidor, hay putas y orientales,
y por el ascensor suena Quique González.
Me traigo un par de birras, no queda champán.
Matemos el glamour, pidiendo tres croissants.
Un beso sin pasión marca tu despedida;
a mí me quedará el sabor al humo y tu saliva.
Suena un timbre y me despierta la resaca.
Una voz dice "Tu tarjeta está anulada". Tú tranquila, niña.

Si me ves....

Siempre acabo triste y solo amaneciendo.
Ni me quejo ni me alegro, eso es lo que tengo:
Mi bandera, el fracaso, mi patria, un casino.
Quedan fichas y algún Almax, a ver si me animo.
Ven, Fortuna, ven, ven, ven. Pero recuerda que...

Si me ves....

jueves, 30 de diciembre de 2010

Aún queda

Aún queda la luna brillando en lo alto
sosteniendo el cielo que un día fue nuestro.
Nos quedan los viajes, sonrisas minadas
que arrastran el tiempo, los nuevos paisajes.

Nos queda la magia, la voz del armero,
los Rolling, Rodríguez, Mark Knoplfer, John Lenon.
El comienzo de año, las nuevas de Enero,
fusión de esperanza con olor a heno.

Nos quedan las damas que derrochan besos de noche
y te devastan con reproches de madrugada,
embistiendo lento y vigorosamente
una vez que estás en su morada.

Nos queda la luna, los tres mosqueteros,
los libros de Dumas, el hielo, el "te quiero".
Aun quedan los libros, los discos, la música
tu voz, tu recuerdo, el tiempo ya muerto.

Nos queda la incredulidad que se suspende
con los faroles haciendo inútiles los esfuerzos
de la razón por adormecer los sentimientos.
Nos queda la voluntad que todo lo puede.

Nos queda dar nombre a todo lo nuevo,
nos queda llamarnos sin esperarlo y decirnos
"¿Qué tal va eso?" ¿Conservas tu rumbo?
¡Mantente despierto!

Me quedan abrazos, caricias, reencuentros.
Perderme entre el gentío, las manos en los bolsillos
y tu silueta en el recuerdo.
Me queda toda una vida.

Me quedan los sueños, saberme despierto aun cuando duermo.
Saberme soñando aun estando despierto.
Me quedan los viajes, Reverte, los días eternos grabados a fuego.
Conservo el cuerpo.

Sosténme un motivo, manténme despierto.
Nos quedan razones esperando en callejones
oscuros con olor a muerto que reaviven
la llama del fuego que ilumina mi credo.

Abrazos, caricias, cannabis, espejos,
amigos, botellas, sabernos eternos,
ilusos cantando odas a la vida,
nosotros mirando, resabiados, sonriendo.

Nos queda el mar, la ruta 40, los besos en versos
que versan de hombres conversos que creían
en la soledad y ahora viven el momento.
Nos queda el amor, cenizas, sus restos.

La certeza de un futuro incierto
que arrastre tus dudas,
tus malas pulgas,
mi desasosiego.

Botellas vacías, camas deshechas,
sustancias nocivas, vida en movimiento.
Espejos traidores, amores eternos,
Amores imposibles.

Amor. Sólo eso.


viernes, 24 de diciembre de 2010

Quémalo todo- cintadecorrer




Me duele pensar
que pronto te irás
y me alcanzará
el frío.

Prométeme que
me recordarás
si por fin encuentras
tus motivos.

No puedo decir
algo que no sepas ya.
Perdóname si ayer
volví a soñar contigo.

Empiezo a caer
y no sé volar.
Así que sosténme,
sálvame del abismo.

¿Capaz o incapaz
de tejer una verdad
que nos salve a los dos
y conjugue al destino?

Quémalo todo
Yo me voy primero
Miénteme y dime que
nada de lo que hubo fue nuestro

Prometo escapar y
encontrar un lugar
donde poderte amar
y ellos no lleguen.

Que si ahora te vas
te tendré que inventar
en los labios de otras
chicas sin nombre.

Empiezo a caer
y no se volar.
Así que sosténme,
sálvame del abismo.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Rodolfo Serrano

A veces me deprimo. Me gustaría entonces
ser el hombre del metro, el hombre anuncio
que camina en la calle. Ese muchacho
que abraza en una esquina la carne deseada.
Son instantes
que duran lo que dura nada y todo.

Quisiera ser tan sólo alguien que bebe
un vino en la taberna y que disfruta
al ver pasar la tarde por los cristales sucios.
Olvidar el pasado. Y el presente
construirlo con un cigarro rubio, una palabra
sencilla, como el aire de tu boca.
No sé hasta donde
me llevan los impulsos y el deseo.

Estoy cansado, deseando
no tener compromisos ni esperanzas.
Olvidar que la vida se me agolpa
deprisa en la garganta y en el alma.
Y que vivir es eso: los instantes
que habitan entre los unos y los otros. Me parece
que no hay mayor desolación que el encontrarse
de noche sin tener alguien que diga:
“De donde vienes
tan tarde y tan cansado”

¿Te parece difícil?

Pues la ecuación es muy fácil...
Mi felicidad eres tú...y tú no estás conmigo.

Durante mis años formativos en el colchón, me entregué a profundas cavilaciones sobre el problema del insomnio. Al comprender que pronto no quedarían ovejas que contar para todos, intento el experimento de contar porciones de oveja en lugar del animal entero





lunes, 20 de diciembre de 2010

Miedo

El vaho de sus supiros ascendía hasta el firmamento en aquella noche de Diciembre.
Paseaba intranquilo. Tal vez pensando que el mayor defecto de las vacaciones eran los días como aquel.
Días grises. Noches negras... Y una melancolía perlada por gotas de una fina pero insistente lluvia que emborronaba las calles como un pintor lo haría con su carboncillo.
Odiaba aquella ciudad. Desde que se mudó para estudiar la carrera que creía que conformaría su futuro, se había ido adaptando a una existencia rutinaria... a una sucesión continua de días intrascendentes que nadie incluiría en sus memorias.
Lo que más le atormentaba era la mirada cansada de una mujer que le asaltaba en sueños y le hacía imposible la tarea de volver a dormirse.
El recuerdo de aquellas manos, del tacto de sus caricias, de aquel día en que
acabaron diluyéndose entre el gentío... como si ellos también masticaran vidas vacías, como si tampoco conocieran el amor o no temblaran cada vez que sus miradas convergían.
Su vida era eso. Estudiaba por las mañanas asignaturas que había creído insuperables y habían acabado convirtiéndose en aborrecibles.
Después, por la noche, se juntaba con gente que compartía sus odios, su desencanto, su creciente desilusión... y vagabundeaba por bares en los que el humo encharcaba los pulmones y el ánimo.
Encadenaba birras con amigos que en poco tiempo no serían más que recuerdos difusos... con polvos en baños sucios y sombríos con mujeres que dificilmente reconocería de encontrarse con ellas en días como el de hoy.

Aquel día su estado de ánimo no difería en nada con cualquier otro. Y sin embargo, portaba una sonrisa torcida... como cualquier otro día. Cada día que pasaba le costaba más esbozar esa sonrisa.
Paseaba con la cabeza gacha, las manos en los bolsillos y sumido en sus pensamientos, entreteniéndose diseccionando las anémonas de humo que escapaban de su boca a causa del frío.
Llegó un momento en que detuvo su paseo y fijó la mirada en un grupo de personas que miraban distraídos una de las majestuosas iglesias que presidían la ciudad.
No estaba seguro. Y sin embargo... aunque hubiera pasado tantísimo tiempo... aunque la estrella que los unía hacía años que se había apagado... a pesar de todos los "pero" que se obligaba a tener en cuenta...hubiera sido capaz de reconocer esa mirada en cualquier sitio.
Esa sonrisa, esas maneras que en algún tiempo poblaron sus sueños y ahora conformaban la causa de la ausencia de éstos.
Pasó unos minutos contemplándola desde lejos... alimentando el apetito de reencontarse con aquel rostro que no conseguía enterrar en el olvido. No existe nada tan maravilloso y a la vez destructivo que perderse en la mirada de la persona a la que amas y darte cuenta en ese instante que tu vida cambió en el preciso momento en que decidiste emprender el camino junto a ella. Aunque en esos momentos sus caminos parecían llevar a lugares diferentes y el no supiera cómo alcanzarla o recordarle los motivos que algún día le hacían placentero el sueño.

Era demasiado cobarde para acercarse a ella y preguntarle en qué grado había conseguido ser feliz sin sus abrazos. Le horrorizaba pensar que ella fuera capaz de decirle que ya no le necesitaba... porque aunque ella entonces le sonriera, él no acababa de descifrar su sonrisa...

Después de unos minutos contemplándola, que le sabieron a poco, regresó a casa.

Así que se metió en la cama y se cubrió de mantas hasta que éstas desterraron su frío y la verguenza que le causaba el miedo.
Soñó con el mundo que ansiaba... con ella entre sus brazos sonriéndole como solía... hacía ya algún tiempo...
Creo que aún duerme. Creo que aún sueña con ella.



Escucha esta historia... Algún día todo será diferente...

jueves, 16 de diciembre de 2010

Prende la luz



En días como hoy Peumayén cambia su nombre por el de Anyelen, que en mapuche quiere decir "alegría"

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Optimista bien informado

Un día dije que no soy pesimista, soy un optmista bien informado.
Y cada vez que os oigo hablar me veo obligado a desechar esta certeza. Soy de las personas más optimisas que conozco, idealista, desenfrenado... Bastante más que aquellos que comparan el amor con un trapo sucio y el honor con un vestido de cara a la galería. De ahí mi bipolaridad... De ahí que haya días que me sienta una auténtica mierda y días en los que me creo capaz de gobernaros a todos e insuflaros mi filosofía.
La idea es así de simple: amo la vida. Y esto me depara muchas alegrías y muchos desengaños... sentimientos contradictorios pero nunca indiferentes...
Y tú eres como la vida misma... una suerte de montaña rusa que me depara mañanas soleadas y noches frías... Eres el motor de un mundo caótico que no quiero que pare.
La cuestión tiene miga... pero siempre he pensado lo mismo... se lo oí a escondidas un día a Fito y desde entonces lo tengo grabado en la memoria...
Si no puede hacerte daño no te hará feliz.
No se si somos distintos al resto pero creo que tenemos ganas de vivir... tú lo escondes con una sonrisa de plástico que oculta una vida que no crees que sea del todo plena...y yo no sé muy bien como lo sobrellevo.
Quizá me ayude la esperanza de pensar que algún día trataremos de quitarnos el desencanto y dominar el mundo juntos. Quizá eso sea lo que nos falta.

martes, 14 de diciembre de 2010

Improvisemos un guión definitivo!

Mañana tenemos concierto y hoy hemos estado ensayando/degenerando/gritando/poniendo los amplis a tope y haciendo ruido con las eléctricas...
Pero también hemos hecho algo productivo y hemos grabado la canción de Kleynjans que, si nos dejan, tocaremos.
Tengo que admitir que es uno de mis compositores favoritos para guitarra clásica y dúos como el que tocamos aquí Ander y yo.
Dice Ander que vamos a formar un núcleo bohemio en Galdakao, rollo residencia estudiantil de Madrid. Yo le he dicho que esas cosas ya no se llevan y con la que nos ha caído encima con ZP, Rodríguez Menéndez, la omnipresente (que se quite el Dios de San Agutín)Belén Esteban y la crisis que estamos "remontando", las actividades bohemias no nos darían de comer, pero él sigue en sus trece así que he acabado por decirle que sí, que seremos la nueva generación de poetas muertos, o la Generación del 10 o lo que cojones quiera...
Así que si algún día nos veis por la calle, echadnos una monedita, anda!




Va, que sí.... que hemos grabado ésta de propina...(sí, nos hemos puesto gafas de sol para creernos el cantante)

lunes, 13 de diciembre de 2010

Seré breve

Mejor es la esperanza; pues produce paciencia, arma fuerte contra la decepción temprana



She said "I love the way you think, but I hate the way you act"


No me voy a enrollar que hay que estudiar historia

domingo, 12 de diciembre de 2010

Un tipo distinto a la generalidad

"A Andrés le gustaba encontrarse con un tipo distinto a la generalidad. En las novelas se daba como una anomalía un hombre joven sin un gran amor; en la vida lo anómalo era encontrar un hombre enamorado de verdad. El primero que conoció Andrés fue a Lamela; por eso le interesaba"




Pío Baroja, El árbol de la ciencia