domingo, 30 de enero de 2011

Patricia (Fin)

Un día me dijo que cada domingo, puntualmente, madrugaba y miraba por la ventana hacia el mar y, dependiendo del clima, salía o no a la playa.
Me confesó que sólo bajaba los días en los que llovía;le gustaba empaparse de la fina lluvia de verano.
Yo no la creí; supuse que sería una escena de alguna de sus películas...
Pero hoy, al despertarme y mirar por la ventana, he visto que llovía y he pensado en ella. Y movido por una intuición que no sabría explicar he salido de casa para coger el metro.
Dándole vueltas, he conseguido explicarme por qué cada vez que estoy con ella oigo el mar ...y por qué su cuello sabe a sal.

Ahora estoy sentado en uno de los bancos del paseo de Gorliz, cerca del Sanatorio donde trabaja mi madre. Siempre me ha gustado este sitio, desde pequeño, y aunque el hombre haya metido la mano en sus arenales, siempre me pareció una postal preciosa.

Cuando la he visto...
¡No doy crédito!. Estoy sentado con el cuaderno sobre las piernas, vistiendo un jersey de cuello vuelto y sosteniendo a duras penas un paraguas que parece estar empeñado en volar con el viento.

La playa está vacía. Ella lleva una blusa blanca y unos pantalones cortos. Va descalza. Siempre se compra ropa que le viene grande, pero la lluvia ha empezado a empaparle la blusa y ésta se aprieta contra su silueta, dejando adivinar sus formas.

Patricia está gritando, llorando... No sé si es felicidad o rabia pero tengo un nudo en la garganta del que no puedo desprenderme y no puedo dejar de escribir. Pronto se le acabarán las hojas al cuaderno.

Creo que baila, dibujando su nombre en la arena con los dedos del pie.

No sé si marcharme o morirme... porque amarla tanto hiere.

El sol está saliendo tras su silueta, oscureciendola por completo. Parece a punto de fundirse con la naturaleza.

Y de pronto... me ve. Parece ruborizarse, deja de bailar y empieza a coquetear con el pelo... Me sonríe con la sonrisa que sabe que amo y empieza a correr hacia el agua.

Ahora hace señas desde el mar, diciendo que deje el maldito cuaderno y vaya con ella.
Desnudándome bajo la lluvia, creo que voy a empezar a correr hacia el agua en cuanto acabe este texto.

Después, cuando llegue a casa, tendré que revisar mis certezas.

Yo antes no creía en las sirenas.

"La luna, tú y yo expectantes a que pase algún cometa o baje un platillo volante"

sábado, 29 de enero de 2011

Patricia(III)

A veces sueño con su marcha. Sé que en poco tiempo no pensará en mí; ni siquiera le asaltará mi recuerdo cuando lea poesía o escuche en la radio canciones que un día le susurré.
Ella también compartía estos miedos hace ya algún tiempo, cuando le besaba para que dejara de llorar y le abrazaba, compartiendo sus lágrimas en silencio.
Ahora concibe el adiós como algo natural; como el guiño macabro de una vida que nos separa irremediablemente.
Creo que hace algún tiempo tenía grandes expectativas. Soñaba con príncipes y princesas y con una casa grande en la costa, familia numerosa y una fiel mascota.
Nadie golpea más fuerte que la vida y poco a poco sus sueños se desdibujaron. Cuando comprendió que la felicidad no era algo intrínseco del ser humano, decidió que su vida se centraría en buscar la estabilidad; en divertirse y disfrutar de los pequeños detalles. Quizá en ese momento se diera cuenta de que las altas posiciones y el dinero no le proporcionarían esa estabilidad.
Yo lo supe en su día.Traté de bajarle la utopía del firmamento y regarla con canciones y besos. Soy incapaz de darme cuenta de cuándo un proyecto es demasiado para mí ...y ahora ya es tarde.

Patricia está loca; loca de atar. Desquiciada, bipolar, terriblemente atópica, desquiciante...
Es pura dulzura recubierta de ironía y mordacidad. Nunca sabes de dónde viene ni a dónde va.
Ella reconoce, sonriendo, que está loca... pero se excusa diciendo que las mejores personas lo están.
Y yo, admirando la belleza que su locura le confiere, sólo puedo darle la razón...

viernes, 28 de enero de 2011

Patricia (II)

Patricia es capaz de sacarme de mis casillas. Es de las pocas personas que consiguen alterarme.
Siempre está yendo de un lado a otro; es incapaz de permanecer más de media hora en el mismo lugar.
No sé si ésto es resultado de que está a gusto en cualquier parte o de que aún no ha encontrado su sitio.

Patricia alterna días en los que es una maravilla hablar con ella con otros en los que se muestra intratable. Normalmente no sé lo que le pasa, porque le encanta guardar secretos. Dice que sin secretos no somos nada.

Y yo, que soy de las personas más curiosas que conozco y odio no tener respuestas, siempre estoy haciéndome conjeturas sobre lo que le puede pasar o qué hacer para arrancarle una sonrisa.

Me encanta su inconformismo. Cuando algo le parece injusto se encierra en sí misma, enfadada. Creo que suele masticar un rato las palabras para tratar de reprimirse... pero nunca lo consigue. Como ya he dicho tiene un carácter muy fuerte, y suele acabar gritando.

Otras veces se muestra muy sensible y parece que va a romper a llorar en cualquier momento. Creo que llora bastante pero odia que el resto de la gente lo vea, así que sólo he podido verla lagrimeando un puñado de veces; tiempo suficiente para que me guste más.

Sus enormes ojos se barnizan de un manto de tristeza y suele girar contrariada la cabeza para que no la vea. Cuando se vuelve, con la nariz congestionada y los ojos rojos, éstos me taladran y no puedo hacer más que quedarme mudo... y abrazarla.

Creo que duerme mal. Muchas mañanas llega con unas ojeras terribles. Me la imagino en su cama mirando al techo, con las persianas subidas porque no le gusta la oscuridad y maldiciendo al segundero, que gira con pereza, tratando de dormirse para que la mañana llegue antes.

Sus dedos están destrozados. Víctima de este nerviosismo constante, se pasa el día mordiéndose las uñas y su contorno. Pero eso me costó un tiempo averiguarlo, porque ella no deja que se las vea.

jueves, 27 de enero de 2011

Patricia (I)

Patricia es diferente al resto de la gente.
Casi nadie lo sabe... casi nadie la conoce de verdad.
Su carácter arisco, su cinismo y el ego ficticio que construyó sin pilares forman una especie de escudo con el que se guarece del exterior.
Como con las trufas, rodeadas de tierra, o las rosas, plagadas de espinas, hace falta escarbar para llegar a ella.

Hay un grupo generoso de personas que la quiere y se preocupa por su estado de ánimo pero se siente sola.
Quizá le haga falta que sus amigos la conozcan de verdad y no sólo intuyan su belleza.

Vive dos vidas que compagina con destreza. La cotidiana, de cara al exterior, y la interior, en la que fluyen sus dudas, sus miedos y su cuaderno, en el que están anotadas las frases que más le han marcado, extraídas de sus canciones y películas favoritas

Es preciosa; de belleza poco convencional.
Puede que alguno de sus rasgos le den a su rostro un aire de agresividad, pero la dulzura de sus maneras lo suaviza, y el brillo de sus ojos redondea sus facciones hasta conformar un conjunto perfecto.
Cuando fuma, sus ojos brillan aun más y deja mostrar una hilera de dientes pequeños y alineados- pero con personalidad, nunca usó ortodoncia.
Quizá lo que mas me gusta de ella son los hoyuelos que se le forman al sonreír. Me inspiran...

martes, 25 de enero de 2011

El mismo blues

Era su parte favorita del día. Lo único de valor que guardaba en el cuartucho donde habitaba, realquilado por una familia de inmigrantes y ocupado por él y un simpático grupo de roedores, era un reproductor de Cd´s y un equipo de música alucinantes.
Al llegar a casa de noche, se tiraba en la cama como un árbol al ser talado y lanzaba los zapatos al suelo con rabia, tratando de alertar así a los vecinos de abajo, que a esa hora casi siempre impregnaban su casa de jadeos y estrépito de golpes. Odiaba el relinchar del somier. Le recordaba un tiempo ya lejano que había compartido con una mujer. Ahora ella era una sombra del pasado.

Después de descalzarse encendía el reproductor y escuchaba siempre el mismo blues, mirando las grietas del techo y exhalando lentamente una nube de humo. No tiraba el cigarro hasta que le quemaban los dedos y el filtro no recordaba el olor del tabaco.

Acompañando la música con un suave balanceo del pie, apuraba cada día, una vez apagado el cigarro, una botella de vodka a tragos cortos y continuados, resoplando y soltando exabruptos cada vez que el alcohol le quemaba la garganta y las entrañas.

No era la vida que había soñado. Tenía lo que la suerte ( la mala) le había deparado.
La música y el dulce mareo que le producía el vodka conformaban el único paréntesis que los días le regalaban. Poco a poco, los gritos de abajo y la música se hacían más lejanos hasta que , por fin, lograba conciliar el sueño y construía la dimensión de su vida que había acabado por parecerle más real. ¿Quién podría achacarle elegir los sueños a las rutinas?

lunes, 24 de enero de 2011

Ella y las drogas

-La cosa es así de simple: está en todas partes. En los rostros de la gente, en la forma de las nubes, en mis sueños... ¿Cómo voy a olvidarla si está allá donde miro?

-Deberías escribir un libro.

_¿Qué?
-Verás... Henry Miller decía que la mejor forma de olvidar a una mujer es transformarla en literatura.
-¿Y el proceso es reversible?
-¿Cómo...?
-Si ella ha surgido de la literatura... si resultó de la fusión de los mejores poemas de amor, de las novelas de misterio y de las tramas que enganchan y no puedes dejar de leer... ¿Cómo devolverla a su esencia?
-Creo que estás obligandote a mantener tu desenfocada visión de la realidad.

-Para nada. Mi problema es que la veo jodidamente enfocada... y me parece terrible. Ella era como un caleidoscopio. Lo llenaba todo de colores y formas atractivas. Ella me permitía soñar e imaginar... Lo era todo.
Con su marcha ha vuelto la objetividad... y no me gusta ser objetivo.

-Entonces ella es... ¿como una droga? Te adormece razón y sentidos.
-Y a medida que pasa el tiempo, necesito una dosis mayor. Su ausencia me irrita, me quema.
- Y ahora estás en pleno proceso de rehabilitación enfrentándote al síndrome de abstinencia y sus síntomas.

-Pero yo no tengo metadona ni centros de desintoxicación... Ni siquiera tengo un motivo para olvidarla. La droga es terrible a largo plazo... mengua la salud y ensombrece las demás dimensiones de la vida. Pero un minuto con ella era como un chute de adrenalina, vivificante y optimista, era como un sorbo de vida....

-Pero hay más drogas, más peces en el mar...
- Nadie que haya probado la heroína puede llenar sus expectativas con el alcohol o el tabaco.

-Bueno... siempre que te cuento mis cosas das un giro optimista a la situación. Algún consuelo tendrás para ésto.
-Mi único consuelo es mantener viva la posibilidad de estar equivocado.

domingo, 23 de enero de 2011

Manifiesto por la paz - Jesus María

Me pidieron que escribiera un texto para leerlo en el día de la paz del colegio... Como no me han dado más pautas que la originalidad he hecho algo bastante atópico... pero creo que se entiende el mensaje.



¿Alguna vez os habéis dejado llevar por el instinto y habéis empezado a encadenar pasos sin un destino prefijado? ¿Habéis dejado a un lado, aunque sea por un momento, los problemas cotidianos para echar a volar la imaginación? Probad un día a perderos entre el gentío y fijaos en la gente. Quizá os llame la atención ver algo que llevo comprobando desde hace algún tiempo: que los turistas siempre están mirando hacia arriba. En serio, estad atentos. Seguro que encontráis a un grupo de japoneses o ingleses armados con sus cámaras fotográficas y disparando a discreción, tratando de guardarlo todo en la memoria. Y siempre mirando hacia arriba…siempre.

A veces las rutinas nos impiden ver cosas que tenemos delante. Así, cuando visitamos una nueva ciudad, nos quedamos maravillados con la disposición de las calles, con la arquitectura de los edificios antiguos, con las cúpulas de las iglesias o con los escudos señoriales que presiden las casas antiguas.
Y, sin embargo, no sabemos admirar los tesoros de nuestra propia ciudad. Arrastrados por las prisas, por la actividad continua y por la presión de la sociedad nos pasamos el día de un lado para otro, corriendo, mirando hacia el suelo y pensando en lo que tendremos que hacer después, con las manos en los bolsillos o cargando con las bolsas de la compra, la merienda del hijo o los apuntes de la clase de historia.
Y de esa forma, nos olvidamos de todo cuanto nos rodea. A lo sumo nos detenemos en un escaparate, pero nunca levantamos la vista.

Algo parecido le sucede a la humanidad. Acostumbrados como estamos a abrir los periódicos y encontrarnos con miserias, asesinatos y delitos, e influenciados por una historia plagada de guerras movidas por la ambición humana, la existencia de conflictos armados nos parece algo cotidiano, normal e irresoluble, y la achacamos a la estupidez del ser humano.
¿Pero no va siendo hora ya de levantar la vista de las rutinas incrustadas en el asfalto para vislumbrar nuestro potencial, en lo alto de los edificios?
Quizá hayáis oído hablar de las sondas Voyager. En los años 70 lanzaron varias sondas para explorar el espacio. Alguna de estas sondas ya ha traspasado los confines del Sistema Solar y, alejada de su órbita, flota sin rumbo hacia los confines del universo. En cierta forma, estas sondas son como la botella de un náufrago.
En cada una de las sondas se introdujo un disco de oro. Un disco en el que se grabaron saludos en todos los idiomas, canciones de los Beatles, música de Mozart y Beethoven…
Imaginad, por un momento, que gracias a este alarde de optimismo de Carl Sagan, el astrónomo que ideó esta experiencia, una civilización extraterrestre se hiciera con nuestro disco y nos escuchara. Imaginad que escucharan a los Beatles, a Mozart… Imaginad la impresión que les causaríamos, lo conmocionados que quedarían al conocer nuestro potencial. Sin lugar a dudas, nuestro planeta les parecería un lugar maravilloso.

¿De verdad creéis que se plantearían siquiera que aquí existen guerras? Después de escucharnos pensarían que somos una raza superior, capaz de encontrar un sistema social y de relaciones intergubernamentales en los que predominara la solidaridad y la justicia.

A veces hace falta que un turista mire hacia arriba para que nosotros nos demos cuenta de lo preciosa que es la catedral de nuestra ciudad, o que alguien ajeno a nosotros crea que somos superiores, para que nos convenzamos de ello.

Quizá nos falte eso, ser conscientes de nuestra propia grandeza y potencial para convencernos de que la paz no es un fin utópico, sino un objetivo fundamental a nuestro alcance desde el que debemos construir nuestras vidas y perseguir nuestros sueños.

Porque la felicidad no es un privilegio, sino un derecho de todos.
Y quizá sea hoy el día en el que, reunidos todos como estamos en el patio, debamos convencernos de que realmente podemos cambiar las cosas, para dar una lección a generaciones pasadas y venideras, y así poder admirar sin complejos y con tiempo la maravillosa arquitectura que conforma la humanidad.

El viaje íntimo de la locura

En el jardín hay un cerezo dormido, pero parece muerto. Este otoño comenzó a sentirse apático, y la dejadez se apoderó de su espíritu. La vida, cansada de verle abúlico y desastrado, decidió que lo mejor sería que se tomaran un tiempo para reflexionar sobre su relación, y se marchó de vacaciones, dejándole en un estado de abatimiento que hizo que se fuera consumiendo poco a poco hasta que acabó por convertirse en lo que es ahora: el aletargado esqueleto de un cerezo; una osamenta de madera clavada al suelo, que sólo espera que regrese la vida.

viernes, 21 de enero de 2011

Me aburro.

Me aburre la soledad. La lluvia.
Me aburre que todo sea gris.
Echo de menos el pincel
con el que teñía de verde
las rutinas.

Te echo de menos
aconsejándome a la hora
de elegir tonalidades,
siempre escogías el blanco.

Odio las clases. La vida vacía de sentido.
Las conversaciones superficiales
y los gestos inexpresivos.
Odio el humo que flota y no se pierde,
y el segundero que pasa lento.

Odio los remordimientos y la nostalgia.
Odio la miopía, verlo todo lejos.
Temo las novedades y aborrezco las certezas.
Siento que me pudro escribiendo mis complejos.

Como Walser, con la mochila y mis pasos
tengo suficiente material para entregarme
a cavilaciones y así, reírme un rato.

Me aburren los telediarios y los periódicos.
Me aburren tus dudas.
Me aburren los hombres y la ambición,
los que creen en la fortuna.

Me aburre que se cataloguen de utópicos
objetivos fundamentales. Me aburre que se hable
con total impunidad del hambre. Me aburre madrugar,
acostarme tarde inmerso en best-sellers y poemas olvidados.

Me aterra que tan poca gente se salte las normas
y me reprochen mi estado.

Y contestando a tu pregunta... de por qué leo tanto...
creo que así vivo otras vidas...
La mía no la aguanto.

Vuelve

Vuelve;se está haciendo tarde.
Llevo compuestos más de cien motivos
para invocar tu regreso.
Y tú te mantienes al margen.

No voy a creer en Dios ni en el hombre
si no me convence tu risa.
Tu talla no coincide con el agujero
que dejaste en mi vida.

Vuelve; porque ya no me creo.
No consigo nada de lo que quiero;
permaneces altiva en la cúspide de mis deseos
y ensombreces todas las victorias cotidianas.

Nada me apasiona, nada me mueve
si no estás al final del camino.
Extraño todo lo que odiaba en tí.
Dependo de todo lo que amaba.

Vagabundeo enfermo de ausencia,
ávido de abrazos.
Mi oración diaria
está plagada de suspiros.

Soy muy dado al estoicismo,
a resignarme a las carencias,
pero renunciar a ti
es renunciar a la felicidad
y esa no es mi esencia.

Vuelve; te necesito.
Dejaré abierta la puerta.
No llames. No digas nada.
Cuando te vea aquí sentada
fingiré que nunca te has ido,
o que te perdiste, buscándome.

jueves, 20 de enero de 2011

Cover de Extremoduro - Cintadecorrer

Ésta es una fusión de dos de sus mejores canciones... "Bribriblibli" y "Cuarto movimiento:La realidad"


Me acuerdo de tí, me cago en tus muertos,
No puedo dormir, me sueño que has vuelto.
Sueño con tu piel, me siento mejor
ya no tengo sed, ya puedo bailar de flor En flor,
me vuelvo a perder entre el edredón
me vuelvo a quedar sin sol, sin sol, sin sol.
De tanto pensar,
de perder el tiempo,
de tanto privar
por poco reviento.
Sueño con tu piel me siento mejor
ya no tengo sed, ya puedo bailar de flor En flor,
me vuelvo a perder entre el edredón
me vuelvo a quedar sin sol, sin sol, sin sol.
Me coge de la mano
y yo me sueño con tu pelo
para estar tan colgado
hace falta echarle güevos.
Os regalo mis canciones
y me apuntan con el dedo
mira por donde va el Robe
para mí que ya está pedo.

Y me busco en la memoria el rincon donde perdí la razón
y la encuentro donde se me perdió cuando dijiste que no

Sin ser me vuelvo duro como una roca
si no puedo acercarme ni oir
los versos que me dicta esa boca
y ahora que ya no hay nada ni dar
la parte de dar que a mi me toca
por eso no e dejado de andar

Buscando mi destino
viviendo en diferido sin ser
ni oir
ni dar
Y a cobro revertido quisiera hablar contigo
y así sintonizar

Para contarte
que quisiera ser un perro y oliscarte
vivir como animal que no se altera
tumbado al sol lamiendose la breva
sin la necesidad de preguntarse
si vengativos dioses nos condenarán
si por tutatis
el cielo sobre nuestras cabezas caerá

Buscando mi destino
viviendo en diferido sin ser
ni oir
ni dar
Y a cobro revertido quisiera hablar contigo
y así sintonizar

¿Qué tienes en la cabeza?

Hace tiempo que ya no sé que piensas ni sientes... porque vas y vienes, dices cosas sin pensar, me bailas el agua y me clavas alfileres. No creo en el budú pero si en tu capacidad de conjurar mi dolor. Puedes hacerlo solo con una palabra. Y también deleitarme con la felicidad más completa que se pueda experimentar. ¿Sigues siendo la misma o has cambiado? ¿Sigues mirándote dentro? ¿Sigues buscando? Sabes que siempre estoy aquí, aunque no diga nada, aunque no pierda el tiempo y encierre mis sentimientos bajo llave.
Prefiero los gatos a los perros. Los perros son idiotas, te siguen a todas partes pero no se paran a pensar en cuanto dependen de su amo. El gato araña, destroza la casa, bufa, y sin embargo no es nada sin el calor de su hogar, sin su dueño.
¿Qué somos? ¿Qué esperamos? Estamos perdiendo sin ni siquiera apostar y eso sí que me da rabia.
¿A dónde van mis pensamientos? ¿A dónde tus respuestas?
Ojalá recojas lo que digo y no hagas con ello una bola y lo tires.

miércoles, 19 de enero de 2011

¿Cómo sabes a qué sabes?

Me aterra pensar que ya no estás aquí.
Que escribo canciones a tu sombra
y ni siquiera las escucha.

Dicen mis inversores que el dolor
es la mejor inspiración.
Mis acciones suben como la espuma

Me escuecen las manos de buscarte a tientas
Me pesa la sonrisa postiza.
Me cuesta dormir y aborrezco despertarme

Dentro de mí las lágrimas fluyen como un torrente
que lo arrastra todo. Sabes a café frío.
Suenas a guitarra desafinada. Eres certera en el tiro.

Me abrazo a tu sombra, le pido clemencia.
La extraigo de mi inconsciencia y arranco.

Últimamente crecen los días en los que
corro sin rumbo hasta caer, pensando que
dando tumbos y jadeando llegaré a algún lado.

No te saco de mi mente. No sé como hacerlo.
Mi vida es aburrida sin tu risa.
La mía sólo sirve para frenar tu llanto.

Lo cierto es que no tienes ni puta idea de cuanto te extraño.

A veces vienes y me miras
para luego irte y destrozarme.
Sonrío como un niño idiota.
Cada vez que me engaño constato
que me gusta castigarme.

Ni contigo ni sin tí.
Te busco pero no encuentro.
Tú haces malabares con mis miedos.
Yo cada vez hablo menos...

Pd: ¿Cómo sabes a qué sabes si nunca te has probado? Idiota tu madre, cotilla! ;)

martes, 18 de enero de 2011

Domestícame

Alárgame el sueño.
Fulmíname con miradas.
Hazme temblar.

Deja que mis dedos recorran tu pecho
y mis labios tu espalda.
Cuando mi lengua alcance tu vientre
tendré un sitio donde anidar.

Escríbeme en 65 palabras
la historia de dos niños que crecen,
que esperan su turno para amarse,
que aprenden y plantean
conquistar el mundo y mejorarlo.

Escúchame cuando lo necesite.
Habla tú cuando un ángel
se quede dormido en mi garganta.

Quítame la ropa.
Véndame los ojos.
Susúrrame despacio.

Deja que te vista cuando nos sorprenda el día,
que te abroche el vestido y te ponga una sonrisa
para que salgas radiante a la calle.

Deja que me cuele en los resquicios
de tus misterios para vivir en tu mente.

Dame tiempo para que diseñe mi estrategia
y nunca dejes de pensar en mí.

Sueñame y visita mis sueños.
Cúbreme de promesas e idilios.

Déjame plantar narcisos en tu jardín,
como en la película del pez grande.

Has de ser todo y no dejar huella
para que luego no muera cuando embarques.

Sal de donde estás, descúbrete.
El miedo a perderte me impide encontrarte.

Maréame, invierte el rumbo.
Haz que pierda el norte y el equilibrio.

Haz que no tengamos nombre.

Perdóname por ser tan pequeño cuando te miro.

Abrázame fuerte.

Sólo pienso en dejar que el tiempo se esfume a tu lado.

Domestícame.

domingo, 16 de enero de 2011

Verídico

La de ayer fue una historia curiosa. Resulta que Jon y yo volvíamos en tren. Eran las dos de la mañana y el vagón estaba lleno. Junto a nosotros estaban sentados un señor y una chica algo más joven, en los que no me fijé al principio pero supuse que serían pareja.
Cuano Jon se bajó del tren me acomodé en mi asiento y me quedé mirando por la ventana. El señor de mi lado decía algo de Gelocatil y cabeza....y me costó un rato darme cuenta que me hablaba a mí...
- ¿Te duele la cabeza? Te lo digo de verdad, a mí el Gelocatil siempre me quita el dolor de cabeza...
- No, que va... No me duele- me quedé sonriendo mirándolo con curiosidad. No tenía pinta de estar ebrio ni de enajenado así que supuse que me habría rascado las sienes inconscientemente, suelo hacerlo cuando pienso.
- Es que el mal de amores es muy malo. ¿Te ha dejado la novia?
-¿Perdona?
- Que si te ha dejado la novia. Tienes cara triste.
- No... no.
- AHH... Verás, es que a tu edad me dejó mi primera novia y... ¿sábes? Yo estaba muy enamorado de ella. Hubiera hecho cualquier cosa pero... no se qué tendría ella en la cabeza

En ese momento me di cuena que la chica con la que estaba sentado no tenía nada que ver con él porque me lanzaba miradas de complicidad y extrañeza. El tipo siguió invistiendo.

- Pero tú estas enamorado.
- Ehhhh.... ¿Por qué lo dices?
- No sé... esas cosas se saben. Por tus ojos. ¿Hay alguna chica, verdad?

Para ese momento ya nos estaba mirando todo el vagón. El tipo era lo menos discreto que te podías encontrar.

- Bueno, sí... pero es complicado.
- ¿Complicado para tí? Por lo que te conozco, no creo que te sea complicado.
- ¿Por lo que me conoces? - En ese momento me eché a reir. La situación era realmente extraña.

-Verás, lo que sí te puede pasar es que te guste una chica pero que tengas una vecina de piernas largas y te confunda
-Que va... ojalá me pasara eso... Soy demasiado cabezota.
- A mí me pasó eso. Me enamoré a tu edad pero tenía una vecina que era una verdadera preciosidad y acabe a sus pies. Casi me olvido de mi chica, hasta que se fue. En ese momento, probé mi primer gin tonic. Fue como una balsa de aceite. Pero veo que eres un tipo serio.

-De lo más estúpido, en realidad.


-Pero deja de darle vueltas. Tú simplemente no la dejes de querer.
-¿Qué?
- Que no la dejes de querer. Tenéis que estar enamorados.
- Pero es que...
- Si ya lo sé... pero que quieres que te diga. No hay muchos chavales como vosotros de tu edad.

Me tenía que bajar y me daba bastante rabia porque el viaje estaba siendo de lo más gracioso.
- Ah! Pero... ¿la conoces también a ella?
- Un poco....

La chica se empezó a reír.

-Bueno, me tengo que bajar.
- No dejes de quererla.

-¿Qué?
-Que no dejes de quererla- repitió esta vez la chica.

Yo me quedé extrañado mirándolos mientras las puertas del tren se abrían.
Cuando salí tuve la extraña sensación de haber visitado el mundo de Alicia.
Definitivamente lo real supera a la ficción... o hay mucho alcohólico suelto.

sábado, 15 de enero de 2011

Tus cartas

Crees que lo sabes todo de mí y no llegas ni a intuirme.
Me hablas de mis sueños, de mis miedos, de mis sentimientos. Hablas de ella como si realmente la conocieras y le cortas las alas. Me haces ver que no es tan bonita, ni tan sincera.
La criticas y con ello echas por tierra mis certezas, o los espejismos con los que me gusta engañarme.
Cuando te pones nerviosa no callas. Te pareces a mi en todo lo malo. Se te traban las palabras y divagas en los temas de conversación, y yo te observo callado tratando de descifrar la trama que dibuje tu argumentación inconexa.
Te sabes la más guapa de entre todas y te vales de ello. No te lo achaco, yo también lo haría.
No recordaba lo bonitos que eran tus ojos, ni su brillo de malicia.
Casi no recordaba por qué un día te quise. Ahora le estás cogiendo el gusto a reconstruir el pasado y me pintas nuestro cuento como una bella historia de amor.
El caso es que ya no creo nada... ni a ti, ni a mi ni a ella. El caso es que pierdo confianza en mi mismo y empiezo a odiar el destino. Si ella estaría aquí conmigo te torturaríamos juntos... pero la realidad es que estoy sólo... contigo.
Y sabes jugar bien tus cartas... Dices que me engañe solo por hoy, que ella no me oirá cuando te diga que te quiero y crees de verdad que si yo accediese sería un motivo más para amarme, pero no sería más que un síntoma de debilidad...

viernes, 14 de enero de 2011

Falta saber - Cintadecorrer




Hoy en tu mirada
ha nacido el brillo
viejo de esperanza.
Reserva un motivo, aviva las brasas.

Si miro a la luna
me dedica un guiño,
y yo te desnudo. Bajo esta lluvia
nos sabemos vivos.



El eco del último adiós
aún cuelga con rabia en tu boca.
Tus ojos ya no me tocan, piden perdón.

Hoy se enfada el viento
y escupe respuestas
desafiando al tiempo.
Arrastra recuerdos manchados de hiedra.

Sobrarán los miedos,
faltan desafíos.
Necesito verte,
acércate y vente.
Quítate el vestido.

Falta saber que es lo que falta
para no caer donde ayer
no hicimos pie (...)

lunes, 10 de enero de 2011

¿Quieren saber qué falta?

¿Quieren saber qué falta?
De acuerdo, se lo diré. Pero no creo que ésto tenga solución.
Verdaderamente faltan momentos eternos que se puedan guardar con un pestañeo de ojos.
Pasajes efímeros pero de tal intensidad que graben nuestros corazones y quemen nuestras retinas.
¿Conocen el síndrome de Sthendal? ¿Aquella enfermedad que produce palpitaciones y vértigo cuando nuestros sentidos alcanzan unas cotas de belleza inconmensurables?
Pues bien. Les reproduciré la escena más bella que mi imaginación puede garabatear.
La calle está vacía, en silencio. La noche ha caído en la ciudad y una fina lluvia parece barrer los recuerdos. El tiempo pasa lento, acompañando el sueño de los vecinos y el rumor de algún que otro automóvil a lo lejos.
Imaginen a ella, radiante y luminosa, con el pelo suelto y los ojos negros, enormes bajando, rápida y nerviosa, mientras mira algo.

¿Y qué puede ser ese algo? Recuerden. Estamos creando una postal de belleza infinita. Ese algo sólo puede ser él, subiendo insegura y pausadamente, con las manos en los bolsillos y una sonrisa que derrocha felicidad.
Imaginen el viento moviendo las copas de los árboles, al ritmo de una música apenas audible. Desechen la marcha nupcial melosa y ambigua que tienen en la cabeza. Yo pensaba en algo emocionante, brusco, pasional... pensaba en el "Pájaro de fuego" de Stravinsky. No se extrañen, me encanta la aconvencionalidad.
No sé... imagino a los vecinos despertando de su infinito rumiar de bostezos y ronquidos y saliendo a las ventanas para presenciar el momento.
Los imagino cómplices del silencio abrumador, con el corazón palpitando al son de Stravinsky, esperando a que los dos cuerpos se fundan en uno.
Imagino a ambos cuerpos acercándose lentamente, mirándose a los ojos y fundiendo sus miradas y su alma. Creen la historia que quieran. Piensen que hace tiempo que no se veían o que se acaban de conocer. Piensen que están borrachos o esquizofrénicos y que por eso escuchan la banda sonora de la Fantasía de Disney.
Piensen, si así lo desean, que el narrador es el esquizofrénico. Creo que estarían afinando mucho.
Pero antes de juzgarme, imaginénlos empapándose de esa lluvia fina y abrazándose con furia. Imaginen el beso... lento, apasionado, mélodico.
Imaginen sus sonrisas y la de los vecinos cotillas.
Y luego contesten ustedes mismos a la pegunta que les hice al principio del texto.

Posturas (II)

Sin duda podríamos pensar en qué falta.
Pero ahora mismo prefiero pensar en lo que tenemos.

Posturas (II)

Sin duda podríamos pensar en que falta.
Pero ahora mismo prefiero pensar en lo que tenemos.

sábado, 8 de enero de 2011

El gusto de respirar (propia)


Dices que con cada nueva canción
ilumino un trozo de habitación
pero te olvidas del rumbo.

¿Cuántas primaveras han de pasar
para que llegue el invierno y caigas
en que ésto es un absurdo?

Sólo resta una pizca de esperanza...

Ahora dí que no podías ver
el gusto de respirar sin
deberle nada al mundo.

Ahora corres y te sigo detrás.
Dices que si no perdemos el tren
conseguiremos salvarnos.

Pero creo que entre tú y yo nace
una estrella de Orión cada vez
que anulamos el cargo.

Sólo resta una pizca de esperanza...

Ahora dí que no podías ver
el gusto de respirar sin
deberle nada al mundo.

viernes, 7 de enero de 2011

Besos baratos

- Esa.
-¿Quién?
- La morena de detrás de la barra. Nos está mirando.
- Bffff...
- ¿Qué? ¡No está tan mal!
- No, ¿pero qué se supone que tengo que hacer?
- Joder, pues liarte con ella. No es tan complicado.
- Sí... ¿porque la tía ha dicho a un amigo del primo de la cuñada de la vieja que un día cuidó a mi gato que le gusto? ¿Entonces como lo hago? Voy a donde ella y le digo... ¿Cómo te llamas?¿Mariví? ¿¿En serio?? ¡¡No conozco a ninguna Mariví!!... Ésto es cosa del destino... ¿Y cómo te apellidas? ¿Fernández? ¡JODER! Fernandez es mi dieciseisavo apellido... ¿¿Y comes caracoles a la pata coja?? ¡Madre del amor hermoso! ¡Vi una película en la que no hacían eso! ¡Cómeme la boca! ¡Bebe de mí como si te murieses de sed!
- Menuda curda llevas.
- ¿Yo? ¿Borracho? Anda, haz que huya antes de que ponga Goma-2 en este puto bar.

"Adiós"

Sólo dijo adiós y desapareció. Conjuró una nube de humo que le sirviera de cómplice en su huida y no volvió a pisar nuestras vidas.
Le echábamos tanto de menos... Ella no lo sabía... o no quería saberlo... Pero había acabado conformando el farol que alejaba a la rutina... las nuevas que nos proporcionaban alicientes y sonrisas.
Él era el que más sufría... callaba, apagado. A veces daba paseos solos y otras... otras veces desaparecía y nadie se daba cuenta. Pasábamos horas buscándole pero nada surtía efecto. Apagaba el móvil y se esfumaba como si nunca hubiera estado entre nosotros.
A veces teníamos realmente miedo. Miedo a que cometiera una locura... A que fuera a buscarla, o peor... a que de una vez por todas renunciara a ella y a su vida.
Temíamos los periódicos y los telediarios. Tenía una personalidad tan jodidamente especial y frágil...
Ojalá alguno de nosotros hubiéramos podido consolarle pero ya sabes.... No hay palabra que valga en un duelo como el suyo y sólo podíamos mantenernos a su lado y tratar de arrancarle una sonrisa.
Hasta que ella volviera... o hasta que su luz se apagara.
Todos sabíamos que el último sería el más probable de los desenlaces.

Los piratas - Te echaré de menos (cover)



Con cuidado
se levanta de mi lado
Llámame mañana
Sé que ya no volverá
Tiene tanta prisa
que tropieza y se despista
Y me deja aquí una nota de papel

Tengo que dejarte o no voy a llegar
Me gusta cuando duermes y odio madrugar
no tienes porqué sentirte mal
Te echaré de menos hoy

Te echaré tanto de menos
Cerraré fuerte los ojos hasta verte
Sólo tengo que esperar
Te echaré tanto de menos
que aunque busque una palabra
no habrá nada que me cure de verdad

Te echaré tanto de menos
que las manos se me duermen
Te echaré tanto de menos
que no sé cómo parar esta canción

Si algún día me llamaras
y me dijeras que no vas a volver más
no tengo claro lo que haría
Creo que saltaría
la ventana es un buen lugar para escapar

Tengo que dejarte o no voy a llegar
Me gusta cuando duermes y odio madrugar
no tienes porqué sentirte mal
Te echaré de menos hoy

Te echaré tanto de menos
Cerraré fuerte los ojos hasta verte
Sólo tengo que esperar
Yo te echaré tanto de menos
que aunque busque una palabra
no habrá nada que me cure de verdad

Te echaré tanto de menos
que las manos se me duermen
Te echaré tanto de menos
que no sé cómo parar esta canción

jueves, 6 de enero de 2011

Lifehouse- You and me (Cover)


What day is it? And in what month?
This clock never seemed so alive
I can't keep up and I can't back down
I've been losing so much time

Cause it's you and me and all of the people with nothing to do
Nothing to lose
And it's you and me and all of the people
And I don't know why, I can't keep my eyes off of you

All of the things that I want to say just aren't coming out right
I'm tripping on words
You've got my head spinning
I don't know where to go from here

Cause it's you and me and all of the people with nothing to do
Nothing to prove
And it's you and me and all of the people
And I don't know why, I can't keep my eyes off of you

There's something about you now
I can't quite figure out
Everything she does is beautiful
Everything she does is right

Cause it's you and me and all of the people with nothing to do
Nothing to lose
And it's you and me and all of the people
And I don't know why, I can't keep my eyes off of you
and me and all of the people with nothing to do
Nothing to prove
And it's you and me and all of the people
And I don't know why, I can't keep my eyes off of you

What day is it?
And in what month?
This clock never seemed so alive

martes, 4 de enero de 2011

Cintadecorrer- El día que no pueda más





El día que no pueda más
voy a matarte
aunque no valga la pena
me quedé sin avisarte
de que contengo de veras
de noche mis malas artes.

El día que no pueda más
voy a matarte
y aunque me mate la pena
te tendré un rato delante
sentado en las escaleras
loco por reanimarte.

Me levanto lento
voy hacia arriba
dejo cabos sueltos... a la deriva
y no dejo huella
quiero irme con ella
donde me diga...

El día que no pueda más
voy a cambiarte
por un puñado de estrellas
que no me dejen mirarte
y por la luna lunera
de confidente y amante.

Me levanto lento
voy hacia arriba
dejo cabos sueltos... a la deriva
y no dejo huella
quiero irme con ella
a su guarida...

Me levanto lento
voy hasta arriba
no me trago y compro mi compañía
y no dejo huella
quiero irme con ella

El día que no pueda más
voy a matarte.

Me levanto lento
voy hacia arriba
dejo cabos sueltos... a la deriva
y no dejo huella
quiero irme con ella
donde me pida...

¿Viajamos?

¿Le echamos un pulso al tiempo?
Yo empiezo a correr y tú me sigues.
No dudes, no pares.
Cuando alcance el abismo, no deceleres.

Confía en mi, confía en nosotros.
Confía en tus alas.
Lo verás todo pequeño.


Al principio serán luces nítidas y montes.
Luego luces difusas y oscuridad.
Después sólo luces.

Alquilaremos un piso entre estrellas
con nuestro sueldo de mileuristas.
Pero no gastaremos en calefacción.
Nos quitaremos la ropa cuando haga frío.

De vez en cuando volveremos
para saber como sigue todo ésto,
cómo continúa la gente aquí abajo.
Y te traeré la luna tirando de un hilo
por si la echas de menos.

Llegará un momento en que los sentimientos estén tan claros
que sobraran los palabras y nos mecerá una gravedad sorprendente,
como la que hoy me arrastra hacia ti.

No mires atrás.
Empieza a correr.
Comienza el viaje.

lunes, 3 de enero de 2011

Silencios cómplices

Las personas afrontan con una irrespetuosidad pasmosa el término "silencio"
No escuchan su música y lo temen.
Así pues, recurren a una serie de coletillas, de farándulas y de necias historias que
puedan enfrentar al enemigo.
Luego llega el verdadero silencio. El silencio que emana de todas partes cuando ya está todo dicho...
Cuando no hay más que decir. Pero ésto sólo ocurre cuando un vínculo es estrecho.
Cuando un vínculo es ancho nunca puede ser llenado con palabras, aunque se hable todo el tiempo... de forma incesante... aunque las palabras broten como un manantial violento y lo empapen todo.
De esta forma, no existe el silencio indispensable.
Cuando en una conversación afloran los silencios, no se engañen, es que faltan las palabras.
Estoy cansado de oírles proclamar que aman los silencios, que les parecen reconfortantes...
A mí no me engañan. Ustedes saben tan bien como yo que la relación con la otra persona está dañada, lo que impide decir lo que piensan... y ésto genera silencio.

Ahora bien, existen otra clase de silencios. Un tipo de silencio que no creo que conozcan, pero espero y deseo que lo hagan pronto.
El silencio cómplice, que vivifica. El silencio que no surge porque faltan las palabras.
El silencio que parte de la certeza de que aún hay cientos de conversaciones por destapar... pero, ante todo, mucho tiempo para hacerlo.
Esta confianza en la palabra y en el tiempo crea los silencios cómplices.
Si ustedes lo conocen, acaban de granjearse mis respetos.

Un minuto contigo

El hecho es catártico, espiritual... Más liberador que correr bajo la lluvia.
Más sincero que la sonrisa de una musa. Más ameno que toda la colección de películas que puedas recopilar. Más bello que el más bello de los atardeceres. Más lírico que Neruda, Benedetti y García Marquez bailando sobre la tumba de Lorca. Jodidamente más brutal que conducir un coche por la autopista en dirección contraria o nadar entre tiburones. Más sedante que la morfina, más estimulante que el cannabis o la ginebra.
Más adictivo que las redes sociales, más atractivo que Sharon Stone y su cruce de piernas, más popular que los Beatles tocando en el tejado, más peligroso que Assange deambulando por el pentágono.
Épico como el puro del Ché, analítico como la obra de Dostoyevsky, sentimental como Tolstoi, innovador como Larra, violento como la prosa de Reverte.
Satírico y mordaz como Groucho. Espectacular como las pirámides de Ramsés, como el poema de Shelley. Grandioso como el eco entre montañas.
Alegre como la cabra de Heidi fumada. Reconversor como la escritura, melódico como la novena sinfonía.
Absoluto e inigualable como los dioses antiguos.
Así es estar un minuto contigo.

domingo, 2 de enero de 2011

Posturas (I)

La trayectoria de los seres humanos se caracteriza por los vaivenes de la fé.
De pequeño creemos en todo. Y paulatinamente comenzamos a abandonar nuestros credos.
Poco a poco abandonamos a nuestros referentes. Dejamos de creer en el ratoncito Pérez, en los Reyes Magos, en los superpoderes de nuestros padres, en la vida única y mágica que nos prometía el destino, en el amor, en la felicidad, en Dios...
En mis estudios por los parques bilbaínos he observado algo incongruente:Los esfuerzos de los ancianos por recuperar sus creencias.

De algún modo, llega un momento en que nos entregamos a una vida vacía, sin sentido ni lógica, irreal.
Abrazamos el escepticismo creyéndonos inteligentes. La nueva era ha impuesto el pensamiento racionalista y todos empuñamos la célebre cita de Descartes.:Sólo sé que no sé nada.

La paradoja reside en que diciendo esta frase nos creemos poseedores de la verdad. Y ésto es lo que nos libera del camino de sabiduría que nos enseñó Platón. Para que cojones voy a pensar en el más allá, en el sentido de mi vida, en el amor... Si nunca voy a ser capaz de comprenderlo...
Sin embargo, los ancianos ven cerca el final. Y comprenden que una vida así no tiene sentido. Se reconcilian con Dios, para pedirle la salvación de sus almas o quizá simplemente porque se sienten solos.
Y se sientan como yo en bancos recónditos y miran con ilusión a las parejas, construyéndose un pasado ficticio. Cualquier tiempo pasado fue mejor

Algunos, hasta construyen una guardería en su casa para tratar de contagiarse del entusiasmo de sus nietos.
A mucha gente le cuesta llegar a ese punto. Seríamos mucho más felices creyendo que moriremos el año que viene porque empezaríamos a valorar más lo que tenemos y a dejar de lado la razón para abonarnos a la fe.

Cuando sea mayor pondré mis dientes bajo la almohada. Lo prometo.