miércoles, 19 de enero de 2011

¿Cómo sabes a qué sabes?

Me aterra pensar que ya no estás aquí.
Que escribo canciones a tu sombra
y ni siquiera las escucha.

Dicen mis inversores que el dolor
es la mejor inspiración.
Mis acciones suben como la espuma

Me escuecen las manos de buscarte a tientas
Me pesa la sonrisa postiza.
Me cuesta dormir y aborrezco despertarme

Dentro de mí las lágrimas fluyen como un torrente
que lo arrastra todo. Sabes a café frío.
Suenas a guitarra desafinada. Eres certera en el tiro.

Me abrazo a tu sombra, le pido clemencia.
La extraigo de mi inconsciencia y arranco.

Últimamente crecen los días en los que
corro sin rumbo hasta caer, pensando que
dando tumbos y jadeando llegaré a algún lado.

No te saco de mi mente. No sé como hacerlo.
Mi vida es aburrida sin tu risa.
La mía sólo sirve para frenar tu llanto.

Lo cierto es que no tienes ni puta idea de cuanto te extraño.

A veces vienes y me miras
para luego irte y destrozarme.
Sonrío como un niño idiota.
Cada vez que me engaño constato
que me gusta castigarme.

Ni contigo ni sin tí.
Te busco pero no encuentro.
Tú haces malabares con mis miedos.
Yo cada vez hablo menos...

Pd: ¿Cómo sabes a qué sabes si nunca te has probado? Idiota tu madre, cotilla! ;)

2 comentarios:

  1. Hoy tus versos van cargados de rabia.

    Dicen que la rabia tiene una parte negativa cuando se descarga contra los demás. En el caso de la cotilla, parece habérselo ganado.

    También lleva su parte positiva de pura energía para modificar aquello del ambiente que la produce.

    Es uno de los sentimientos más desconocidos para mí. Y reconozco que me gustaría sentirla. Siempre me ha parecido más productiva que la tristeza, que es lo que siento cuando el ambiente es adverso.

    A tí te provoca hacer versos, que siempre es más
    creativo que producir sólo unas lágrimas.

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  2. jajjajja pero lo de la cotilla es una broma :)
    Yo creo que hay más tristeza que rabia, pero de esa sensación de que algo falta que te pone las pilas en vez de deprimirte.
    No sé que es peor porque este sentimiento también quema por dentro y no te permite dejar de pensar... pero es que no estoy muy de acuerdo con lo de la pasividad contemplativa. Soy más de autoflagelarme y criticar que hundirme en autocompasión inservible.

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