martes, 18 de enero de 2011

Domestícame

Alárgame el sueño.
Fulmíname con miradas.
Hazme temblar.

Deja que mis dedos recorran tu pecho
y mis labios tu espalda.
Cuando mi lengua alcance tu vientre
tendré un sitio donde anidar.

Escríbeme en 65 palabras
la historia de dos niños que crecen,
que esperan su turno para amarse,
que aprenden y plantean
conquistar el mundo y mejorarlo.

Escúchame cuando lo necesite.
Habla tú cuando un ángel
se quede dormido en mi garganta.

Quítame la ropa.
Véndame los ojos.
Susúrrame despacio.

Deja que te vista cuando nos sorprenda el día,
que te abroche el vestido y te ponga una sonrisa
para que salgas radiante a la calle.

Deja que me cuele en los resquicios
de tus misterios para vivir en tu mente.

Dame tiempo para que diseñe mi estrategia
y nunca dejes de pensar en mí.

Sueñame y visita mis sueños.
Cúbreme de promesas e idilios.

Déjame plantar narcisos en tu jardín,
como en la película del pez grande.

Has de ser todo y no dejar huella
para que luego no muera cuando embarques.

Sal de donde estás, descúbrete.
El miedo a perderte me impide encontrarte.

Maréame, invierte el rumbo.
Haz que pierda el norte y el equilibrio.

Haz que no tengamos nombre.

Perdóname por ser tan pequeño cuando te miro.

Abrázame fuerte.

Sólo pienso en dejar que el tiempo se esfume a tu lado.

Domestícame.

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