lunes, 3 de enero de 2011

Un minuto contigo

El hecho es catártico, espiritual... Más liberador que correr bajo la lluvia.
Más sincero que la sonrisa de una musa. Más ameno que toda la colección de películas que puedas recopilar. Más bello que el más bello de los atardeceres. Más lírico que Neruda, Benedetti y García Marquez bailando sobre la tumba de Lorca. Jodidamente más brutal que conducir un coche por la autopista en dirección contraria o nadar entre tiburones. Más sedante que la morfina, más estimulante que el cannabis o la ginebra.
Más adictivo que las redes sociales, más atractivo que Sharon Stone y su cruce de piernas, más popular que los Beatles tocando en el tejado, más peligroso que Assange deambulando por el pentágono.
Épico como el puro del Ché, analítico como la obra de Dostoyevsky, sentimental como Tolstoi, innovador como Larra, violento como la prosa de Reverte.
Satírico y mordaz como Groucho. Espectacular como las pirámides de Ramsés, como el poema de Shelley. Grandioso como el eco entre montañas.
Alegre como la cabra de Heidi fumada. Reconversor como la escritura, melódico como la novena sinfonía.
Absoluto e inigualable como los dioses antiguos.
Así es estar un minuto contigo.

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