domingo, 27 de marzo de 2011

Electrón

Aquellos días yo era como un electrón dibujando una órbita caótica en torno a ella. Probablemente ella tenía algún tipo de carga positiva, a pesar de que los dos eramos de lo más pesimistas, pues sólo eso podría explicar el hecho de que yo me viera ineludiblemente atraído por la fuerza de su campo eléctrico, y ella apenas se alterara con mi presencia.
Me agotaba , me dolía, me entristecía amarla tanto y resultarle tan indiferente. En noches lluviosas me sentaba junto al fuego y me vendía a la hipocresía mística, rogando a un Dios en el que no creía que la trajera de nuevo a casa.
Nunca antes había reparado en lo fría que estaba la madera del suelo cuando andaba descalzo, ni en la cantidad de ruidos que se oían por las noches, hasta que ella se fue.
Nunca antes había reparado en lo mucho que la necesitaba para que no se desmoronara todo, para que la vida no pasara deprisa sin dar tiempo a detenerse en los detalles. Nunca antes había reparado en lo mucho que la amaba.

4 comentarios:

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  2. Espero no inportunar. ¿Son tuyas esas palabras? Me resultan muy familiares. Si son tuyas, mi enhorabuena. Me ha gustado mucho.

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  3. Es precioso, Julen...simplemente fantástico.

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  4. Pues sí, es mío. Y no se me ocurre por qué puede resultarte familiar.
    Pero gracias por tus palabras. He visto en tu perfil que compartimos gustos musicales :)

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