lunes, 24 de octubre de 2011

El mundo volverá a tenernos miedo

Mira si tienes magia, que ya ves,
con tres palabras ya me devuelves a mi órbita
de noches de desvelos escribiéndole a las sombras.

Ha sido tu rostro lo último que he visto antes de despertar,
y la certeza de extrañarte tanto, y lo lejana que parecías en sueños,
lo que me ha echo abrir los ojos, empapado en sudor, entre jadeos.

Despertar sería un alivio si encontrara tu sonrisa a mi lado.
Si me dijeras "yo con un peta duermo mejor" y me sellaras los labios
y los residuos de miedo con un beso, me reconciliaría con la noche.

Siento no entrar en tu maleta ni en tus planes.
Otrora cometí el fallo de tratar de olvidarte.
Ahora simplemente me castigo por estar aquí escribiendo a oscuras
cuando podría estar hablando contigo.

Si bien menos lejos de lo que sentimos,
no te tengo a mi lado diciendo que con un peta duermes mejor
ni cerrando más postigos que los de la esperanza.

Nunca más volveré a ser el mismo.
Me enseñaste a saber mirar, a escribir.
Convertiste mi sarcasmo en ironía y pusiste metas a mi vida.
Me dejaste amar, entera y llanamente.

Me enseñaste también el dolor y el insomnio.
El saberse perdido y vacío.
El perder la razón.

Pero no sé. Me encanta pensar que el mundo tiende al desequilibrio
cuando estamos lejos. Que la mano invisible si irrita si ve
que somos más cabezotas que la razón misma.
Y sonrío al pasar por las paradas en las que perdí el bus adrede,
rebañando el plato de tus besos.

A ti no te da por escribir. Eres más de contar los segundos que tarda
el semáforo de Zabalburu en cambiar de color. ¿Eran ... 22+16... 38?
Tú lo cuentas en segundos. Yo en el grado de deseo de que cambie.

Nos llegarán nuevas mañanas y el mundo volverá a tener miedo de nosotros.
Esta noche repleta de estrellas es un buen augurio.

1 comentario:

  1. ¿Es alucinante, verdad? No es que yo esté más sensible que otros días, no.

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