martes, 28 de junio de 2011

Verano

Con gotas de sudor perlando el tiempo
que vaga como el dromedario moribundo
por el desierto.
Así transcurrían los días.
Las noches... las noches eran un recodo de brisa,
un concierto de luciérnagas que coloreaban las sombras,
estrellas terrestres.
A lo lejos las risas de los niños, chapoteando ilusiones.
Alguno lloraba... Lo has echo a posta...
Al poco un padre atento le compraba un dulce.
Ya no importaba quién o qué le hubiera golpeado.
La próxima llantina afloraría cuando el helado
tomara tierra, víctima del calor y del despiste de su dueño.
Tu voz seguía allí, el recuerdo no toma vacaciones.
Estaba en los columpios, en la verde hierba que crecía silenciosa,
en la arena, en el mar, la montaña, el cielo, la forma de las nubes.
Será mejor volver a la lectura;
Dejar de pensar.

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