Duerme mi niña y yo me sonrío.
Frunce el ceño, sueños amargos.
A veces sonríe y me asomo al abismo
Pues la miro y me asusto ¡Cuánto la amo!
Duerme mi niña y yo me prometo
construir un mundo a su medida,
sin trucos ni esperpentos,
sin miedos ni argumentos
que puedan abrirle una herida.
Duerme mi niña y yo la aprieto
fuerte contra mi pecho
con fuerza desmedida,
sin quererlo la despierto,
sin hablar, me quedo quieto, pero el cielo se abre
y me moja su sonrisa.
Abre los ojos despacio,
curiosa se reincorpora a la vida,
Y en silencio, sus bostezos
parecen la puerta prohibida,
a un cielo de conversos, a la magia hecha rutinas,
a los sueños, a lo eterno,
felicidad conjugada en rimas.
Me mira mi niña con sus ojos enormes,
le encanta despertarse cuando yo la miro,
y entonces me guiña un ojo y me besa muy lento,
Después cierra los ojos,y yo me guardo su beso.
Duerme mi niña contra mi pecho
y yo siento que muero de vida
Pues me asusta sentirme a su lado tan lleno.
Pero no quiero que despierte. Duerme, mi niña.
¿Todo empezó en la playa aquel domingo lloviendo?
ResponderEliminarSi es así, desde que sabías lo que hacía cuando llovía, ella ya había dejado caer el mensaje y tú en off. Un poco cenutrio has estado.
Pensaba que iban a quedarte muy acarameladas las rimas enamoradas, son dulces pero no empalagan.
Me alegra tu nueva buena suerte.
Ahora a conquistarla todos los días.