viernes, 11 de febrero de 2011

El tocadiscos

Suena "Something". En días como hoy me alegra ser tan freak como para conservar el tocadiscos que encontré en tu portal, el día que cerraste las piernas y la puerta.
Hacía tiempo que no escuchaba vinilos. No soportaba el crujido de la aguja deslizándose sobre los círculos. Sin embargo, he seguido comprándolos. Quizá por alimentar la esperanza de poder escucharlos un día contigo. Había imaginado un día de lluvia: los dos tumbados en tu sofá, desnudos, enzarzados en un abrazo intenso, poniendo dificultades para determinar donde acaba tu pequeño cuerpo y empieza el mío. Quizá simplemente los compro porque soy un nostálgico y me encantan las carátulas. Desde aquel día lejano en que me dijiste que el St. Pepper´s era tu disco preferido, los Beatles y su banda me saludan cada mañana al despertar, pegados al techo, justo sobre mi cabeza.
Hoy siento que me guiñan el ojo, mientras recorres mi cuerpo besándome despacio, retrasando el ritmo cuando quiero que lo hagas, acariciándome con dulzura, como tanto tiempo llevaba soñando.
Ya era hora de que me reconciliase con el tocadiscos. Ya era hora de que volvieras. Ahora su sonido hace que me estremezca de placer... No, espera. Creo que esta vez fuiste tú.


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