lunes, 28 de febrero de 2011

Amor

Atribúyanlo a la falta de sueño. Al estado de ánimo. Piensen si quieren que nos pudo la nostalgia, o los vapores del vodka recorriendo nuestro cuerpo. Achaquen el error a la caída de ojos, a la penetrante mirada que me mantuvo, a nuestra canción que sonaba a lo lejos.
Sí... nuestros amigos se habían olvidado de nosotros y bebían... divertidos y despistados, completamente ajenos al amor que destilábamos. Nos habíamos vestido con nuestras sonrisas de idiotas... y hablábamos de todo y de nada... Yo era incapaz de escucharla... inmerso del todo en el baile con el que sus labios me deleitaban al hilar palabras... Carnosos... Húmedos... La ansiedad por anticiparme al contacto nublaba mis pensamientos... Sólo pensaba en eso... En besarla y llevármela de allí y quitarle el vestido y dormir de una vez por todas del tirón y escucharla por siempre y hablar y estar en silencio y seguir tejiendo capítulos a su lado... La cabeza me iba a explotar pero no quería estar en ningún otro lugar.
Así que cuando por fin se juntaron nuestros labios sonreímos cómplices y aliviados ...

Y nuestros dientes chocaron...

Y en ese choque se conjugaron fuegos artificiales a lo lejos... el estrépito de la carcajada de un romántico idealista... del director de una película de guión ingenioso y trama sinuosa que por fin dejaba entrever un final feliz.
Después del beso la ciudad comenzó a derrumbarse, el bar se oscureció y las risas de nuestros amigos se apagaron. Sólo quedábamos ella y yo. En ninguna parte. Por siempre. Eternidad fugaz. Sinfonía de una música apenas audible con la que bailaban nuestros corazones.
Amor.
Palabra temida por corsarios y poetas.
Amor.
Palabra detestada por nihilistas y escépticos.
Cura a la vez que arma. Fundamento de todo. Bendición y castigo.
Amor real. Amor prohibido.

1 comentario:

  1. Líneas de un Poema de Gabriela Mistral:


    Yo te enseñé a besar con besos míos
    inventados por mí, para tu boca.

    ¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
    cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
    y en los espasmos de emoción terrible,
    llenaron sé de lágrimas tus ojos.

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