domingo, 22 de enero de 2012

Nacer

¿Recuerdas cuando dormiste en el coche
escapando de un exámen suspenso
mecida en alcohol y promesas
y vimos juntos el atardecer
y amanecer peleando el frío?
Ahí nació mi amor.
Observando por vez primera
tu rostro sin pintura,
tus pestañas sin fuel,
tus labios sin más rojo
que el de los míos,
tus pómulos sin más color
que el que yo dibujaba.
Tus párpados hinchados
por la falta de sueño
y tu sonrisa,
más bella que nunca,
desafiando al alba.
Ahí nació mi amor,
devorándome un poco la cordura,
ofreciéndote escapar
sin más respuesta que tu risa.
Ahí nació mi amor
cuando acercabas tu sonrisa
a mis labios.
Yo mordía los tuyos y te enojabas
y brindábamos
por la breve intensidad
de ese amor caduco.
Era un tiempo extraño.
Yo apenas dormía
pensando en amores inalcanzables.
Pero tú cogiste con dulce furia mi rostro
y susurraste te obligo a soñar
como si mis sueños fueran tuyos,
como si dormido te perteneciera igual que despierto.
Ahí nació mi amor
recomponiéndose de alguna derrota
y se acurrucó entre tu sonrisa y los susurros,
despierto aquella noche
en la que el sol conquistó el Fiat.

No hay comentarios:

Publicar un comentario