viernes, 30 de septiembre de 2011

Terapia (avalancha de pensamientos)

Hoy te he leído.
Veo que sigues como siempre.
Sin poder parar la hemorragia de sentimientos,
sin saber parar las lágrimas.
Con tantas dudas como preguntas
tiene el mundo,
con el sueño negado
y la violencia en vena.

He sentido furia.
Para qué mentirte ahora que no hablamos.
Tu amor parece una plantilla diseñada
para tatuar nombres sobre él.
Una vez fue el mío.
Hoy apenas lo recuerdas.

¿Cómo un adiós puede ser tan frío?
¿Cómo un portazo tan estridente?
¿Por qué suenan tan alto tus lágrimas
devorando el asfalto?

Quiero no pensar en ti.
Quiero olvidarte
con la frialdad con la que tú lo haces.
Levantar los hombros
cuando me propongan no verte más.
Cambiarte por nuevas caras
que me cubren de halagos y otras mentiras
como tú lo hiciste un día.

Quiero ser egoísta. Como tú.
Pensar sólo en mi.
No buscarte, no leerte.
No mirarte.
Despertar de madrugada y pensarte
es perder los nervios de nuevo.

Yo te hubiera llamado aquel día.
Tantas promesas... tantas mentiras...

Yo te hubiera llamado aquel día...

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