sábado, 17 de septiembre de 2011

No hay segundero

Tic, tac, tic, tac...
¿Lo oyes? No hay segundero. No existe. Es el cronómetro de tu remordimiento que sabe que el tiempo se escurre entre tus dedos. No sabes como evitarlo. No puedes pararlo.
Tu vida es como un casurrel de luces. Si echas la vista atrás reconoces rostros, momentos, lugares... Después buceas y no hay nada. Profundizas más hondo. Todo es vacío.
Entonces, un fantasma se agarra a tu garganta. Y sientes el miedo y la claustrofobia.
La duda te alcanza.
¿Eres lo que imaginabas cuando aprendiste a gatear y soñar?
Permíteme responderte. Si hubieras visto esto cuando soñabas con un futuro perfecto, habrías vivido temiendo el paso del tiempo.
Sin embargo, sigues metiendo prisa a los días.
¿Seguro que no temes al futuro?
Tic, tac... No hay segundero

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