No te di tiempo a recogerlo todo.
Cuando volví del trabajo,
más pronto de lo habitual,
te encontré sorprendida,
mirándome mirarte
y sin tiempo ya de ocultar
tus manos.
Pelabas certezas.
Retirabas la monda cuidadosamente
y dejabas relucir la duda,
desnuda,
brillante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario