jueves, 6 de septiembre de 2012

Aquel ente que fuimos

Como sé que a veces regresas del olvido para leerme,
yo también, a veces, hago malabares con recuerdos.
Empieza a ser incómodo recordar
lo que sentía cuando te reías,
me hablabas, me mirabas, me tomabas la mano...
y no poder rescatar del olvido tu risa,
tu voz,
tus ojos,
tu tacto.
Empieza a ser incómodo echarte de menos
y no acordarme de los nombres
que pusimos a los problemas,
de las excusas que improvisamos
y las huidas que planeamos.
Y en este fallido intento de abrazar sombras
y aferrarme a la brisa,
comprendo que no atiné a olvidarte
y me conformé con cubrir de dulce amnesia
aquel ente que algún día fuimos,
juntos,
y la risa
los contactos
y juegos compartidos.
Me abandonaste, sí,
pero nunca la nostalgia.

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