sábado, 22 de diciembre de 2012

Pero de otra manera

En mí se posa la tristeza
siempre que salgo del cine,
-tu mano tomada-
y a punto de fallecer la magia.
Siempre que cierro un libro
o despierto
tras un breve lapso de duermevela
en que la conciencia es una canción
que apenas recuerdo.
La vida es esto, sí,
pero de otra manera.
No sé qué sería de mi cuerpo,
a la deriva entre risas, brindis,
proclamas,
entre sueños rezagados,
engaños, publicidad,
ilusiones.
No sé qué sería de mi cuerpo,
mercancía en un flujo banal,
y deshecho.
Cáscara vacía cuando la esperanza
es un recuerdo,
noche sin estrellas,
relato sin audiencia
que se pierde en el silencio.
La duermevela siempre se quiebra,
el drama abre las esclusas
y lo anega todo.
Las palabras siempre escupen fin,
y lo devuelven - hablábamos del cuerpo mío-
a ese territorio yermo del que se sabe extraño.
Decía Lorca
que sólo el misterio nos hace vivir.
A mí el misterio me desgarra.
Pero el arte, como un ángel,
siempre me vigila
y nos ofrece su abrazo
y su delirio
cuando todo es tragedia.
Daría mi voz y mis naufragios
por una única certeza.
Al menos saber que esta
mano que tomas
es realmente la mía.
No sé qué sería de mi cuerpo
sin este roce espontáneo.

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