Allá afuera nace un país
y cientoveintitrés niños,
muere una palabra
y mil cuatrocientas doce almas
Tú afilas una verdad.
Allá afuera algunos celebran,
el brillo de una cerveza
enciende un cerezo muerto,
un niño lucha por ponerse en pie,
y tu voz puntea la piel de otro hombre.
Allá afuera sigue la lucha,
la sangre corre río abajo,
un anciano olvida algo sabido,
y la presentadora de informativos
aún sonríe.
Mientras, tú mueres de amor.
Yo, mientras tanto,
me zambullo en poesía
y aguanto la respiración,
esperando que el agua atenúe
el rumor de una vida que no cesa.
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