jueves, 1 de noviembre de 2012

Alaia

Alegría es del país de la nieve.
Su acento despide frío.
Su voz, calor.

Le sienta bien el invierno.
El viento juega con sus hijos.
El viento trina con su don.

Alegría se echa a la calle
si la noche se desploma.
Le pesa la nostalgia en la mirada.
Le pesa la impaciencia en el reloj.

Y en su canción suenan los montes,
los ríos, los sueños, las prisas,
espérame, te siento.
Rescátame del frío.
Protégeme del viento.
Te quiero, mamá, te quiero.
Cuándo llega el final.
Cuándo acaba este cuento.


Y en su canción la distancia encuentra ecos,
se achica, decrece,
y sus hijos la escuchan,
y se para el tiempo,
un tiempo de cantos de crisis y angustia,
un tiempo tenaz e indiscreto.

Un tiempo vulgar y furioso.
Un tiempo sin paz ni argumentos.



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