Aquel verano fuimos alguna vez
Una marea fría atravesando
las aguas cálidas del Mediterráneo
y también
el ánimo de los bañistas
Un grito a cargo de una ambulancia
que quiebra brevemente el sueño
de un hombre corriente si suda el estío
Un resplandor rasgando el calor
contenido en la espera de la tormenta
Una voz que suena a cientos de millas
mintiendo un te echo de menos
Un escalofrío si el viento lame
la gota de tedio que desciende del cuello
Un grito y un llanto de niño consentido
o la voz desesperada y aguda de su padre
Un estrépito de risas y copas que chocan
y de juegos e historias en el bar vecino
Un rumor recóndito pero entrometido
de una avioneta que nos sobrevuela
Un eco de disparos de una pelota
contra un frontón
o de un frontón
contra una pelota
Un ladrido en la noche
Un ulular que habla en la duermevela
Fuimos en fin todo aquello que obliga
a los olvidados de sí mismos
a dar la vuelta al rostro
Mereció la pena
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