Yo también tengo un pasado
de veranos eternos
y penas definitivamente efímeras.
Pasado
en el que creí,
verso a verso,
grabadas en la médula,
cada una de tus mentiras.
Yo también tengo una coda a tí,
un reintegro emocional,
oportunidad a la redención,
oposición al olvido.
Orgullo
y esperanza,
pasión y un litigio,
que se prorroga,
con la tristeza.
Yo también tengo
sed de sueños,
preludio,
afonía de sueños,
resaca.
Sufragué con empeño
los fracasos,
y aún así,
sin esfuerzo,
a ti te fue mejor.
Yo también tengo a veces días
sin sueños,
orgullo, esperanza, oportunidades,
litigios, veranos, empeños.
Esos días solo me quedais tú
y una tristeza cómplice.
Tú, que ya solo existes impresa.
No importa quien te acompañe,
ni si su sonrisa es sincera.
No llorarás por mí
ni yo querré verte.
El velo semitransparente
del desasosiego
un día se vino a instalar
entre el mundo y mis ojos.
Yo estaba empeñado en no ver
lo que vi, pero a veces
la vida es más compleja
de lo que parece.
Pensaste que me iba a quebrar
y subiste tu apuesta,
me hiciste sentir el sabor
de mi propia cocina.
Volví a creer que se tiene
lo que se merece,
la vida es más compleja
de lo que parece.
Todas las versiones
encuentran sitio en mi mesa,
Todas mis canciones
por una sola certeza.
No quiero que lleves de mi
nada que no te marque.
El tiempo dirá si al final
nos valió lo dolido.
Perderme, por lo que yo ví
te rejuvenece,
la vida es más compleja
de lo que parece.
Mejor, o peor, cada cual
seguirá su camino...
Cuánto te quise, quizás,
seguirás sin saberlo.
Lo que dolería por siempre,
ya se desvanece,
la vida es más compleja
de lo que parece,
la vida es más compleja
de lo que parece,
la vida es más compleja
de lo que parece
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