domingo, 7 de octubre de 2012

Que luchen ellos

Podría ayudar que alguien parara el sol.
Al menos, si afuera venciera el negro,
dolería menos la conciencia de habitar esta sombra.

Que alguien lo apague ya, no esperen.
Todo es liviano allá afuera;
todo es constante fluir
que duele.
Ayudaría que el tiempo
pesara tanto como la nostalgia
y el reloj secundara nuestra rendición.

Que luchen ellos, amor.
Que luchen ellos que aún creen.
Nosotros ya sufrimos, ¿recuerdas?
Nos creímos gigantes
cincelando el sueño de otros.

Enjaulamos el miedo
y su captor (la fe)
imposibilitaba,
férreo,
la huida.

Pero la ilusión se tornó
muro infranqueable,
como esta casa y sus ventanas,
El sueño compartido, quimera.

Lo jugamos todo cuando no teníamos nada.
Pero ahora tengo tu voz y estas tardes,
mis dedos deshaciendo nudos en tu pelo.
el sueño que te robo y te engorda los párpados,
la luz, el hogar, futuro, interrogantes.

Que luchen ellos
que nunca han visto
la luz arrebatándote del sueño.
Yo ondeo la bandera
a cambio de un futuro incierto
contigo.

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